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Somos un padre y dos hijas de madrid que queremos comentaros los libros que hemos leido y las peliculas que hemos visto. Esperamos que os guste . Poned comentarios y pedidnos que publiquemos articulos sobre libros o pelis que os gusten y lo haremos. Luego pondremos vuestro nombre en la publicacion.

viernes, 23 de septiembre de 2011

Redaccion de alba para que la tomeis como ejemplo o patrón.



El misterio




de los







sueños




perdidos




Autora: alba González


                                                         CAPITULO 1

VEO ALGO EXTRAÑO DESDE MI BALCÓN”


¿Eran tal vez los arboles? O igual las esponjosas nubes de algodón, no, no podía ser eso.
Había algo diferente en el patio de mi casa. No sabía que podía ser porque yo conocía muy bien ese sitio. Todas las mañanas muy pronto, antes del amanecer, me despertaba y salía al balcón de mi casa a pensar en mis cosas.
No sé por qué, pero me encantaba estar allí en ese mismo momento. Seguramente fuera por la cálida brisa que rozaba con dulzura y suavidad mi rostro.
Pero el problema era que notaba algo distinto en el jardín del patio desde el balcón de casa.
Llevaba unos 50 minutos observando con detenimiento las finas y verdes hojas del césped, los árboles frondosos y grandes y las bellas petunias blancas que rodeaban la fuente que surtía agua a borbotones. Ese agua fluía como una sábana cristalina y suave, que al tacto estaba helada.
No encontré nada.
De repente me llamó mi madre:
- ¡¡Níobeeeeee!!
-¿Qué quieres mama....?-pregunte cansada-¿qué quieres ahora?.....
- Niobe, ¿¡cuántas veces te he dicho que nada más levantarte te prepares el desayuno!?
cállate Niobe, que si no empeoraras las cosas”-me dije para mis adentros.
-si mamá, en seguida voy…-exclamé a regañadientes.
Antes de ir repasé por última vez el patio aprovechando que ya caía algún rayo de sol sobre aquellas flores y plantas, lo más bonito eran los chorros de agua que salían de la fuente creando un arco y que formaban un precioso arco iris. Eso me recordó a mi infancia, cuando me bañaba en la fuente todos los sábados de verano en los que hacía calor.
Mi madre me acompañaba y mientras yo me bañaba ella se reía y tomaba el sol.

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